Reforma
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A
propósito del Día Internacional de la Mujer
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Mujeres, princesas en peligro de extinción
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¿Por qué hay cada vez menos caballeros?
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Por Raúl Campoy R.
*Redes sociales
Navojoa, Sonora a 11 de Marzo
de 2020.- A propósito del Día
Internacional de la Mujer y reconociendo los eventos que el Gobierno del estado
de Sonora, los ayuntamientos de Navojoa, Etchojoa, Huatabampo y Álamos realizaron para celebrar el Día Internacional de la mujer me doy a la
tarea de redactar mi columna con un tema de suma importancia dados los índices
de violencia que sufren algunas mujeres, a quienes les comunico que tienen toda
mi solidaridad y respeto dada mi formación académica, profesional y sobre todo porque
las considero un complemento importante en la vida del hombre.
La respuesta a la pregunta ¿Por
qué hay cada vez menos caballeros? es
sencilla: porque las princesas están en peligro de extinción. Esa es la
situación de hoy en día. Si no existe una mujer a quien amar, proteger, apoyar y cuidar, no se necesita un caballero, por lo
tanto se infiere que los caballeros cada vez son menos, al menos en la vida
cotidiana.
A mis apreciados lectores y con el respeto que me merecen las mujeres
en general en esta columna abordo la reflexión que abordara en su momento el escritor Jousín
Palafox “Princesas en peligro de extinción”, en virtud que me identifico
plenamente con el mensaje que distingue y enaltece a la mujer dada su
naturaleza femenina y amorosa. La
pregunta es obligada ¿Cómo puede lograrse eso en pleno siglo XXI en que las
mujeres claman por su libertad?
Reflexionemos: me gustan las
mujeres que aun quieren ser princesas y se niegan a convertirse en sapos,
porque mientras existan mujeres que todavía guarden modales de doncella,
existiremos hombres que aun veremos importante el comportarnos como caballeros.
Amo a la mujer que no compite con los hombres, porque sabe que el hombre jamás
será su rival sino un complemento de ella misma. Respeto a las mujeres que
luchan por ser cada día más mujeres y en ningún sentido buscan parecerse a los
hombres, pues muchas mujeres en su búsqueda de la llamada "liberación
femenina", han cometido el error de imitar al varón, pero en los aspectos
más deprimentes de éste.
Es quizá por esta equivocada
conquista que se fajaron pantalones, se dieron el gusto o el permiso de vivir
aventuras sexuales de una noche, comenzaron a llevarse el cigarrillo a los
labios, empezaron a maldecir en público, se desinhibieron en bares y ahora las
vemos dando penosos espectáculos, devolviendo los estómagos en los baños
embrutecidas y semidesnudas sobre las mesas.
Cometieron el error de querer ser como nosotros los hombres y ahora se dicen
"weyes" de manera amistosa y permiten que sus amigos varones las
llamen "wey" sin darse cuenta que en lugar de mostrarles confianza o
camaradería con esa palabra, lo que verdaderamente hacen es rebajarse a nivel de bestias; pero muchas ríen, pues ni
siquiera se dan cuenta.
Las generaciones de madres abnegadas,
reprimidas y violentas, enseñaron a sus hijas que la mejor manera de acabar con
el yugo masculino era convertirse en el enemigo y así crecieron confundiendo su
identidad de mujeres, con la intención de seguir nuestros pasos, muchos de los
cuales nos han convertido en seres torcidos y han llevado a nuestro mundo a la
debacle moral de la que hoy somos víctimas.
Las niñas de la nueva generación decidieron que el sueño de ser princesas era
muy aburrido y esclavizante, así que cambiaron la corona por un pasamontañas y
son ahora también delincuentes de alto impacto, servidores públicos podridos,
conductoras irresponsables, reinas de belleza involucradas con el narco y hasta
líderes sindicales vendidas con algún partido político.
Me encantan las mujeres que no quieren
convertirse en hombres y llegan a la universidad con la firme intención de terminar
con honores su carrera.
Me encantan las mujeres las que en lugar de demostrarnos que son capaces de
beber media botella de tequila, nos demuestran que pueden dirigir un
laboratorio o un centro de investigación. Me encantan las mujeres, que no
buscan un buen partido para casarse sino que buscan ser un buen partido para
que un buen hombre las merezca.
Amo a las mujeres que saben
decir no, cuando "NO" es la única respuesta digna de una dama, aunque
todo el mundo las tache de anticuadas. Las que se ríen de los chistes machistas
y entienden que en lugar de ofenderse, deben sentir pena por el hombre que se
atreve a contarlos y mucho más si piensan que esas bromas son un verdadero compendio de
sabiduría popular.
Pero sobre todo, me gustan las mujeres que
perdonan y ven con ternura que nuestra egolatría e ignorancia machistas nos
hizo creer que el TODOPODEROSO es padre, que el CREADOR del Universo es varón,
ya que considero inconsistente decir que, el hombre es imagen y semejanza del Señor”,
pues si Dios es supremo, perfecto, e infinito amor,
entonces el DIOS en el que yo creo MUJER
tiene que ser, porque ama como una madre su ternura con nada es comparable, su
belleza no tiene igual, su buen gusto es sin duda magistral, sus encantos
naturales son un extremo ideal.
Y para
mí, todas estas cualidades solo con la MUJER se identifican. Por ello afirmo, sin
temor a equivocarme que DIOS creó a un ser
excepcional al crear a la MUJER; por esto y sobre todo por el amor que somos
capaces de profesar cuidemos a nuestras princesas educándolas, lo mismo que a nuestros
príncipes, para que sean respetuosos de ellas, cuidémoslas porque nuestras
princesas están en peligros de extinción.
Hombres, todavía existen mujeres que desean ser princesas y que
se comportan como tales. Lo importante
es que ustedes también se comporten como caballeros y cuiden a esas princesas
en peligro de extinción una vez que las encuentren. Digamos no a la violencia
de género, respetemos y amemos a la
mujer siempre.
Por
lo anterior es importante que todos
reflexionemos sobre lo que se les está enseñando en casa, en la escuela
y en los medios masivos de comunicación.
Por
su atención gracias.
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