miércoles, 2 de agosto de 2017

Enfermedades Transmitidas por Alimentos

Reforma 12

·         Enfermedades Transmitidas por Alimentos
*Raúl Campoy Robles
Navojoa, Sonora,  31de Julio de 2017.-  Sin  duda que  durante el verano  las enfermedades transmitidas por los  alimentos (ETA) se multiplican,   ya que  la ingestión  de comidas y/o bebidas   se contaminan con  mayor facilidad ante la proliferación  de microorganismos patógenos que afectan la salud del consumidor.
De origen multifactorial, las enfermedades transmitidas por las  ETA,  su detección  e investigación  de nuevos  brotes constituye uno de los principales retos para el sistema de salud pública, en virtud que requiere obtener de manera oportuna y eficaz  la historia clínica de  los pacientes, análisis de laboratorio, e información del lugar  y los involucrados en la  manipulación de los alimentos; lo anterior en apego a la normatividad vigente.
No solo durante el verano,  sino  durante todas las estaciones del año la  intoxicación alimentaria puede provocar grandes problemas  de salud pública, incluso la muerte de  las  personas a nivel individual  y colectivo.  En principio, el  comensal que ingirió alimentos infectados por gérmenes, virus, bacterias y parásitos (Campylobacter, Salmonella, y la  enterobacteria Escherichia coli) por citar algunos,  puede presentar síntomas repentinos y graves como son: vómitos, diarrea, fiebre, visión doble,  hepatitis, cefaleas, deshidratación y choque séptico, entre otros;  por lo que se hace necesario el tratamiento médico y nutricional así como el cuidado en el hogar.
Las enfermedades en referencia, según las autoridades sanitarias a nivel nacional e internacional  registran un incremento en su incidencia, dado el surgimiento de nuevas formas  de transmisión, el aumento  de la resistencia de los patógenos a los compuestos antimicrobianos, y la aparición de grupos poblacionales vulnerables, entre otros indicadores  no menos importantes; además, en este sentido es insoslayable citar  el  impacto socioeconómico que ocasionan.
Informes médicos al respecto, refieren que  la incidencia de la intoxicación alimentaria  es un indicador directo de la calidad higiénica sanitaria de los alimentos y está demostrado que la contaminación de  éstos puede ocurrir durante  su procesamiento, en restaurantes, expendios de alimentos en general, e incluso en las plantas  procesadoras de alimentos a grande escala, o por el empleo de materia prima contaminada como  las carnes de aves, pescados, cerdos y reses. En cuanto a las bebidas  su presencia  obedece   generalmente al consumo de aguas frescas y también a refrescos aunque en menos  frecuencia.
Durante la temporada de verano, según la secretaría de salud, se  presenta mayor prevalencia de enfermedades transmitidas por alimentos  contaminados, derivadas  del consumo de pescados, moluscos y mariscos crudos, que  en la gran mayoría de las veces  fueron expuestos a  un manejo  inadecuado de temperaturas  violando las  recomendaciones  que  permiten  conservar la cadena de frio.
Por otra parte, un  alto porcentaje de los casos de ETA no puede asociarse con algún alimento en particular, o no es factible identificar al patógeno responsable, debido, fundamentalmente, a que los resultados de los análisis bacteriológicos demoran; asimismo, el vehículo alimentario implicado ya no se encuentra disponible para su análisis, lo que sugiere la necesidad de establecer métodos rápidos y eficientes de detección del agente causal.
En este orden,  conviene  mencionar la elaboración de salsas que, por su naturaleza y agua  abundante  requieren de un marco higiénico responsable por parte de los manipuladores de alimentos, a efecto de evitar ingredientes contaminados y la contaminación cruzada.  En sentido, aún falta mucha  cultura en cuanto a los conocimientos de normas sanitarias  por parte de los responsables de la elaboración de alimentos y bebidas.
En  este contexto  es  prudente  citar que  en la prevención y detección oportuna de las enfermedades transmisibles por  alimentos  es necesario conjugar y multiplicar esfuerzos entre las autoridades, sanitarias, industriales y educativas con el propósito de  disminuir en  lo posible la incidencia  de las ETA y sus  consecuencias para la salud pública.
Por su atención gracias.
·         Lic. En Nutrición Humana por la Universidad Estatal de Sonora (UES), Unidad Académica Navojoa.