NUESTRA IMAGEN
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Semana Santa 2016
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Sólo Tengo 17 años
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Labor de Protección Civil
Raúl
Campoy Robles
NAVOJOA, SONORA. 22 de
marzo de 2016.- En principio, el presente texto bien podría pasar desapercibido
o de entrada llamar la atención entre mis lectores, en virtud que la gran
mayoría de los temas que abordo en mis artículos versan esencialmente sobre asuntos
políticos, educativos nutrición y salud. No obstante, la lectura llama a la reflexión
ante la Semana Santa 2016 en la que autoridades de los tres niveles de gobierno
hacen lo suyo para salvaguardar a la ciudadanía en general y la iglesia
cristiana realiza la
conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte, y resurrección de Jesús de
Nazaret.
En
lo que a seguridad se refiere, la unidad de protección civil, los medios de
comunicación impresos y electrónicos, así como los padres de familia y
especialmente los hijos juegan un papel importante en este contexto, a efecto
de evitar tragedias como la que aborda el siguiente poema, cuyo autor anónimo
llama a la conciencia de la juventud. Se titula, Sólo Tengo 17 Años.
El
día de mi muerte, fue tan común como cualquier día de mis estudios escolares.
Hubiera sido mejor haber regresado como siempre, en el autobús pero me
molestaba el tiempo que tardaba en llegar a casa.
Recuerdo
la mentira que le conté a mi mamá para que me prestara su automóvil. Entre los
muchos ruegos y súplicas, le dije que todos mis amigos manejaban y que
consideraría como un favor especial si me lo prestaba. Cuando sonó la campana
de las dos y media de la tarde, tiré los libros al pupitre porque estaría libre
hasta el otro día a las ocho cuarenta de la mañana.
Corrí
eufórico al estacionamiento a recoger el auto pensando sólo en que lo habría de
manejar a mi libre antojo. ¿Cómo sucedió el accidente? Esto no importa, iba
corriendo con exceso de velocidad, me sentí libre y gozoso, disfrutando el
correr del auto. Lo único que recuerdo es que rebasé a una anciana, pues me
desesperó su forma tan lenta de manejar.
Oí
el ensordecedor ruido del choque y sentí un tremendo sacudimiento. Volaron
fierros y pedazos de vidrio por todas partes. Sentía que mi cuerpo se volteaba
al revés y escuché mi propio grito. De repente me desperté, todo estaba muy
quieto y un policía estaba parado junto a mí. También vi a un doctor.
Mi
cuerpo estaba destrozado y ensangrentado con pedazos de vidrios encajados en
todas partes, cosa rara... ¡no sentí ningún dolor! ¡Hey¡ No me cubra la cabeza
con esa sábana. ¡No estoy muerto! Sólo tengo 17 años, además tengo una cita por
la noche! Todavía tengo que crecer y vivir una vida encantadora, tengo mi
futuro por delante! ¡No puedo estar muerto! Después me metieron a una gaveta,
mis padres tuvieron que identificarme, lo que me apenaba, era que me vieran
así, hecho añicos.
Me
impresionaron los ojos de Mamá cuando tuvo que enfrentarse a la más terrible
experiencia de su vida. Papá envejeció de repente cuando le dijo al encargado
del anfiteatro: "Sí, ése es mi hijo". El funeral fue una experiencia
macabra.
Vi
a todos mis parientes y amigos acercarse a la caja mortuoria, pasaron uno a uno
con los ojos entristecidos, algunos de ellos llorando, otros me tocaban las
manos y sollozaban al alejarse. Por favor, alguien que me despierte. ¡Sáquenme
de aquí!, no aguanto ver inconsolables a mis padres, la aflicción de mis
abuelos apenas les permite hablar, mis hermanos y hermanas parecen muñecos de
trapo.
Parecería
que todos están en trance, nadie quiere creerlo, ni yo mismo¡Por favor no me
pongan en la fosa!! Te prometo Dios Mío que si me das otra oportunidad seré el
más cuidadoso del mundo al manejar, sólo quiero una oportunidad más.
¡POR
FAVOR DIOS MÍO, SÓLO TENGO 17 AÑOS!
En
espera que el anterior poema al menos haya salvado una vida en la Semana Santa 2016
y, que de manera perene siembre la semilla de la reflexión, prevención y rinda
tributo a la vida, no olvide amable lector seguir las indicaciones de la Unidad
Municipal de Protección Civil que en Navojoa comanda Edmundo Valdez Reyes.
Por
su atención, Gracias.