martes, 21 de junio de 2011

Al Maestro Esteban Rodríguez Salazar.



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Al Maestro Esteban Rodríguez Salazar

Por Raúl Campoy Robles

Navojoa, Son. 21 Junio 2011.-  Asimilar  la muerte de un ser querido, un amigo, de una gran persona no es fácil, particularmente cuando se trata de un  maestro del periodismo como  fue en vida  para  el signatario de este  espacio, Don Esteban Rodríguez Salazar, quien falleció  la semana anterior  luego de una  intervención quirúrgica en  el  Hospital  del Seguro Social  en Ciudad Obregón.

Al maestro  le sobreviven  su señora  madre, Matilde Salazar de Rodríguez, sus hijos,  nietos y esposa, Doña Esther Alicia Garcés; una gran familia en la que  cimentó valores humanos que  le hicieron ganar el Don de gentes  y  un gran número de amigos que le acompañaron a su última morada. Y es que  el dialogar con  el maestro  te  dejaba siempre una semilla de sabiduría que a la vez te permitía  una tranquilidad y armonía como pocas veces sucede.

Originario de Navojoa, a temprana  edad inicia su carrera en los talleres  El Informador del Mayo donde  se desempeñó como linotipista, más tarde se convierte  en reportero  al redactar su famoso Sobre Deportivo. Al asumir la Sub Dirección editorial de esta empresa puesto donde se jubiló en el año 2006, redacta su columna De Frente,  y luego de su retiro  le cambia  de nombre   a sugerencia de su querido hijo Esteban, reiniciando actividades un día  a la semana con  la reconocida y aceptada columna titulada A medio  Brazo.

Su  estilo joco serio nunca  le apartó del rasgo  humano que  le caracterizó e imprimió en  cada una de sus columnas, entrevistas y reportajes que  le hicieron ganarse el respeto y  el interés de   los usuarios de este diario que  le admiraban y respetaban, entre  los que  me  anoto agradeciendo sus enseñanzas. Su amplia  trayectoria  le permitió hacerse de anécdotas que  bajo su estilo resultan fáciles de comprender dada  la propiedad con que  las abordaba.


A principios de 1988, el también maestro del periodismo Don Feliciano Guirado Méndez me abre las puertas de El Informador del Mayo para laborar como reportero de locales y enseguida me presenta  ante  el Subdirector Editorial  y  el Jefe de Redacción de este matutino, Esteban Rodríguez Salazar y Fausto Islas Salazar, respectivamente. Personajes  a quienes debo los primeros conocimientos  prácticos de mi profesión. Del mismo modo,  desde esas fechas a Agustín Rodríguez V.  Y desde un tiempo más adelante, al también maestro, Gerardo Armenta Balderrama.

El haber conocido a Don Esteban Rodríguez Salazar y principalmente  haber sido  su pupilo, con  quien  tuve  la fortuna de  hacer historia en esta casa editorial donde desde 1999  me desempeño como columnista, representa para uno un gran honor, orgullo  y satisfacción.

Sin duda que  el maestro cosechó  al final de su vida lo que  sembró  a lo largo de los años, esto es, cariño, admiración,  respeto y  un cúmulo de amigos que  cada vez  que saluden a su esposa, nietos e hijos, le recordarán con el afecto de siempre.

Descanse en paz.

Por su atención gracias.