COLUMNA NUESTRA IMAGEN
*Circo Político: Hastío Social
*La realidad de la democracia en Sonora
Lic. Raúl Campoy Robles
E mail raul.campoy.robles@hotmail.com
Web: http://www.nuestraimagencrr.blogspot.com/
NAVOJOA, SONORA. ABRIL 06.- En el presente año electoral, parecía abrirse para el pueblo sonorense una fundada esperanza de que al fin habría coherencia entre los textos constitucionales y las aspiraciones de libertad política en el marco de la legalidad y la multicitada Ley Electoral. Por desgracia, las viejas prácticas de los diferentes partidos políticos, en especial el Revolucionario Institucional, siguen adelante para gloria y desgracia de los actores políticos.
Y es que, por el contrario, las viejas prácticas de los priistas, ya copiadas y ejecutadas por los panistas y perredistas, sólo por mencionar los tres partidos con mayor representatividad social, se han consolidado en los últimos sexenios y el presente no es la excepción, en virtud que el presidencialismo acrecienta su poder que, aprovechando la Constitución va más allá de ella y la transforma según los planes y requerimientos de la política del presidente de la República en turno; sucede lo mismo a nivel de los gobiernos estatales y municipales, donde el H. Congreso también marca su influyentismo, o bien, recibe línea desde las altas esferas el gobierno.
La calidez de la política en la región del mayo y el resto del estado de Sonora, ha marcado rumbos distintos en el quehacer de los politólogos de la región, por llamarlos de alguna manera, las sorpresas han ido de una en una entre los aspirantes de los diversos partidos políticos, donde no se ha tomado en cuenta, (al menos en los últimos sexenios), la trayectoria, el perfil, la preparación, el capital político de los aspirantes, ni los grupos de donde emanan, simplemente la designación o dedazo, como se le quiera llamar, ha manchado el año electoral, cuyo proceso, desde que se registraron las aspiraciones, hasta los registros de los precandidatos, convertidos después en candidatos oficiales, sus precampañas y a partir de este viernes 3 de abril las campañas o ( a gobernador de Sonora), por citar un ejemplo ,y según parece así seguirá aún después del 5 de julio, dando al traste con los principios de la Democracia, en aras del poder.
Haciendo una reflexión acerca de la democracia en nuestro país, podemos ir recordando y ponderando cómo se ha formado y desarrollado a lo largo de los años, al menos de manera efímera. Valorar y apreciar vida la política de México, representa sin duda alguna un valor controversial; no obstante vamos a situarnos en una perspectiva en la que podamos juzgar serena y objetivamente los hechos, ajenos a toda posición partidarista.
Para ubicarnos en el tiempo y en el espacio, al menos en una etapa de la historia de la democracia en nuestro país, cito que a la caída del general Porfirio Díaz sobrevino en México un corto periodo, casi único en su historia, de verdadera democracia. Fue el periodo maderista, de 1911 a 1913. En ese periodo el pueblo mexicano pudo expresar libremente su voluntad y llevar a las cámaras del Congreso de la Unión a genuinos representantes suyos. Por lo menos en el aspecto político brilló fugazmente la democracia en nuestro país. Pero el brillo fue efímero. Pronto el traidor general Victoriano Huerta usurpó la presidencia de la república, mandó matar al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez, y restauró las prácticas dictatoriales.
Al paso de los años, Venustiano Carranza, promulgó al fin la Constitución Política de México en 5 de febrero de 1917. Esta reconocía, por vez primera en el mundo, los derechos de los trabajadores como clase social, en sus artículos 27 y 123
y el estado mexicano, sin dejar de ser un estado de derecho y ya no liberal parecía abrirse para los mexicanos una fundada esperanza de que, al fin habría coherencia entre los textos constitucionales y las aspiraciones de libertad política y de equitativo reparto de la riqueza.
No obstante, las viejas prácticas de dictadura constitucional siguieron adelante con los gobiernos revolucionarios y se ha ido consolidando, en las últimas décadas, un presidencialismo de gran intensidad, que aprovechando la constitución va más allá de ella y la transforma según los planes y requerimientos de la política del gobernante en turno
, un ejemplo es el pretérito proceso electoral en Sonora, donde ganó quien debió ganar en base a la línea de las altas esferas políticas, haciendo a un lado la democracia.
Así, el estado mexicano, surgido desde la época de la independencia como fruto de duras y sangrientas luchas, ha llegado a ser --al menos en la letra del texto constitucional-- un estado democrático, representativo y federal. Pero, la realidad mexicana, ¿Responde a ese esquema jurídico-político? La respuesta podría tener diversas vertientes según la óptica del lector.
Actores políticos de la época, que lucharon por la supuesta democracia, además de los anteriores son: Alvaro Obregón, Cárdenas y Calles que hábilmente integró el ahora PRI. Desde entonces sigue vigente la antinomia entre la democracia formal (la que aparece en los textos constitucionales y legales) y la democracia real, la que se da de hecho en la vida de la sociedad mexicana.
Un minucioso análisis sociológico y político del funcionamiento del gobierno mexicano y de los procesos electorales nos permitirá, en cada caso, resolver si hay armonía o antinomia entre lo formal y lo real en la democracia nacional, pero eso lo dejo al libre albedrío del lector para que haga sus conclusiones.
Actualmente, la ya deteriorada democracia socorrida por muchos y rechazada por otros registra entre la población mexicana un hartazgo, pues la llamada clase política, voluntaria o involuntariamente, está mostrando un catálogo de podredumbre que no sólo decepciona y desencanta, sino que produce hastío social.
Porque Comunicar es Nuestro Privilegio, por su Atención Gracias.