viernes, 3 de septiembre de 2010

COLUMNA HUÈSPED

Apuntes 
*Un Curro

Por Rafael Palomares Gastelum

La expresión churro tiene algunas connotaciones desde el gastronómico hasta el chamán.  En mis tiempos de juventud el churro se expendía en las fiestas patronales del pueblo y era una delicia saturada en calorías,  que a la par de los juegos mecánicos, el trajinar de la gente con sus mejores tramos convertía en un jolgorio y el pueblo se olvidaba de la crisis que se padecía en la recta final del sexenio del  Charli Salinas, cuya culpa pretendió endosarla al galeno Zedillo. Pero bueno, estábamos hablando del churro no de otros churros maloras. El churro escarceado en su respectiva bolsita hacia la delicia de los chiquillos y hasta de los jóvenes que se han puesto de moda con el 70 y más; acumular siete décadas de vida lo perfilan como un serio candidato a recibir una buena marmaja del programa gubernamental, que en los tiempos actuales representa una bocanada de oxigeno para hacerle frente a la embestida del recibo de la luz y más lo que se acumule… Otra connotación de churro, es cuando hacemos referencia de alguna película que se  exhibe y no cumple con las expectativas anunciadas,  algunas  de los actores oriundos de Huatson han acumulado un record Guiness pues poseen un basto capital que le han endilgado con la expresión ¡fue un churro! la trama de la historia que protagonizaron en la pantalla grande donde esparcieron infinidad de balas sin abastecerse, apenas y recibieron un misero rasguño que contrasta con las innumerables bajas del fuego enemigo. Oiga, quizás aquí está la respuesta a la solución del problema de la inseguridad, pues si contratamos a los carnales Almada no hay emularte de  al capone que resista una refriega de pólvora como la que nos han acostumbrado a lo largo de su trayectoria los Huatabampenses…Otro churro con su respectiva connotación, es el que se forja con materia prima extraída de la madre naturaleza que tiene propiedades curativas que se dice inhibe las reumas con sus achaques, pero no siempre lo que es bueno siempre mantiene su status, este churro pasó de bueno a delicioso, pasó de aliviar las reumas físicas a propagar reumas sociales que no hay presupuesto que aguante para atender las necesidades que propicia. Conocí a una señora que en paz descanse hace algunos años, padecía de reumas, artritis y todo lo que culmine en itis. Acudió por algunos años con el médico quien no hacía más que extenderle la receta del paracetamol, con el tiempo la pastilla cedió a la dolencia y en busca de alternativa se encontró a un conocido quien le recomendó una pócima cuyos efectos se manifestaban apenas culminaba de flotarse. Pa pronto la señora se enfierró a la parada del camión y se dirigió al centro de la ciudad para surtir la ¨receta¨, pero el boticario le dijo, ¨aquí no vendemos churros¨ y ella le contestó, ¨yo no quiero churros de los churros que venden en el mercado, ocupo de otros churros¨. Con la negativa se retiró del lugar y fue a una tienda herbolaria, apenas si consiguió una dotación de pasiflora y otras hierbas para medio conciliar el sueño. Regresó a su casa y grande fue su sorpresa al encontrarse al que le había pasado la receta con la dotación del churro al que sumergió en un recipiente con alcohol para que fermentará y al día siguiente después de flotarse sucedió el milagro, como un acto de fe prodigioso,  la reuma era cosa del ayer y recobró el vigor de sus 30 primaveras, siguió con el tratamiento y a la semana regresó el avezado naturista para constatar la recuperación, quien no conforme con el sorprendente progreso le informó que el poder curativo de la hierbita no se limitaba a las reumas, también acababa con los pesares mentales y hasta con la crisis, le dijo que hiciera como un churro con la matita tipo cigarro y que lo inhalara, obediente y confiada en el resultado pasado obtenido no dudó en seguir la recomendación y apenas se había retirado  el acomedido cuando se aprestó a procesar las instrucciones y en menos de lo que cantaba un gallo, era otro gallo; estaba inhalando con efectos inmediatos que la cruda realidad no toleró y se esfumó, ese si que era un churro, un churro que emergió una realidad muy distante plagada de bienestar, una bienestar que se propagó con un enorme negocio que reditúa millones y millones, que hoy se discute si se legaliza o se aniquila. Por ese decimos que hay de churros  a churros.  La señora de la historia ya no está con nosotros, en cambio hay una pandemia de churros que se propaga y en pleno siglo XXI no hemos encontrado la vacuna para erradicar un mal que trae consigo infinidad de males…Se puede discutir y cuestionar lo licito de una convivencia de una pareja de homosexuales, también se puede pronunciar en contra de la adopción de niños por los mismos, pero si hay golpes de pecho y no se hace nada por rescatar a los niños de la calle o los que son víctima de la violencia, la severidad con la que se fustiga la convivencia en cuestión será interminable, como interminable es la tragedia de los abandonados en la calle, es otro churro.