lunes, 10 de mayo de 2010



NUESTRA IMAGEN
*Fiesta de XV años en el Cereso
Lic Raúl Campoy Robles

NAVOJOA, SONORA. MAYO 10.2010.- El punto culminante de la fiesta de quince años de Claudia Guadalupe Sombra Palomares fue sin duda la misa de acción de gracias y el primer baile con su padre, el señor José Manuel Sombra Cruz. Dicha celebración de carácter extraordinario llama la atención porque no tiene precedentes en la región del mayo.
Y es que la fiesta planeada con meses de anticipación tuvo lugar en las instalaciones del CERESO local, en virtud que el padre de la quinceañera paga una cuenta a la sociedad con posibilidades de recuperar la libertad en el corto plazo. No obstante su condición no le impidió disfrutar de la fiesta de su hija, gracias a la apertura y sensibilidad de Adalberto Oroz Figueroa, director del centro mejor conocido como la cárcel de Tetanchopo.
Apenas el evento social se registró la primera semana de mayo bajo la celebración del presbítero Ramón Humberto Morales Cantú en el interior del CERESO, El Informador del Mayo único medio de comunicación que cubrió la nota bajo la experiencia del colega y amigo Martín Roberto Vega dio a conocer la fiesta como la primera celebrada en el citado lugar en lo que va de su servicio a la comunidad.
Oroz Figueroa, explicó a este matutino que eventos como el que se aborda en este espacio se han hecho posibles debido a las buenas conductas de los internos que buscan de su readaptación una oportunidad para la superación académica, espiritual y social. Sin duda también, la dirección del experimentado abogado para apoyar a los presidiarios habrá de marcar un renglón sin precedentes en la historia del penal de Tetanchopo , sin demeritar desde luego el trabajo responsable de sus predecesores.
José Manuel Sombra Cruz y Esperanza Palomares, padres de la quinceañera se organizaron de tal manera que todo brindara felicidad y orgullo a su hija Claudia Guadalupe en virtud que la fiesta de quince años representa, en primera instancia un acto ritual de iniciación social de su vida adulta, así como la aceptación de sus padres y el resto de la sociedad en una nueva etapa de su vida en la que se presentan nuevas responsabilidades .La fiesta que incluyó la misa de acción de gracias, el vals, el ritual, fotografía, banquete y otros elementos propios de la festividad, marcó un precedente en el penal que por espacio de pocas horas marcó una diferencia en su ambiente carcelario relacionado por su propia naturaleza con la nota policíaca de los medios de comunicación.
Posteriormente, la quinceañera su señora madre, familiares y amigos se trasladaron a la cancha pública de Bacabachi donde celebraron la fiesta pero sin la presencia de José Manuel quien desde el CERESO aguarda cumplir su condena para reunirse de nuevo con su familia y reintegrarse a la sociedad con un catálogo de planes y proyectos que enriquecerán su nueva vida.
Lejos de representar una posibilidad de demostrar su capacidad y nivel económico a la sociedad, la familia de la quinceañera reafirma lazos afectivos, religiosos y sociales y Claudia Guadalupe demostró además de madurez emocional a su corta edad, un verdadero amor a su familia y en especial a sus padres.
Por su atención, gracias.