miércoles, 4 de septiembre de 2013

Columna Huesped






COLUMNA 12: LA LÍNEA DELGADA DE LOS CELOS

Los celos son siempre el instrumento certero que destruye la libertad interior y elimina en la compañía toda la felicidad posible”… Gregorio Marañón
Los celos forman parte del comportamiento natural del ser humano desde que se es un bebé, sin embargo esta conducta tan habitual relacionada con el empleo, la familia o la pareja puede convertirse en una patología psicológica que destruya tus relaciones afectivas.
Según algunas definiciones los celos son un sentimiento de temor o irritación ante la amenaza real o imaginaria de perder el afecto de una persona o algún puesto laboral, es decir funciona como un mecanismo de defensa en el que se busca proteger lo que se quiere, pero en ese afán  se pueden tener conductas destructivas.
Como lo mencione al inicio las personas, por instinto natural, tienden a ser celosos, por ejemplo los bebés ya presentan este tipo de emociones cuando se trata de cuidar a sus padres, pero además los celos están muy relacionados con nuestras capacidades cognitivas, es decir la manera en que procesamos la información.
Existe una línea muy delgada entre los celos patológicos y los celos considerados como normales; los primeros se distinguen porque generan intensos sentimientos de inseguridad, autocompasión, hostilidad, rigidez, y ejercen sobre la otra persona violencia psicológica y física.
Hablando específicamente de relación de pareja la persona celosa tiende a ser dependiente afectivo, se vuelve paranoide y sufre por sus ideas irracionales e interpretaciones imaginarias.

Existen muchas situaciones cotidianas que sirven de indicadores para determinar si una persona es celosa al grado patológico, pero esos los describiré en la siguiente opinión.