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De periodistas
Por Raúl Campoy
Robles
Navojoa, Sonora. Dic. 2012.- En fechas recientes distintos periodistas
sonorenses enfrentaron problemas que por
causas conocidas de suyo por la opinión pública
son indicativos de que los tiempos actuales reclaman de cambios basados en el profesionalismo, la ética y el
respeto a las instituciones y empresas,
pero sobre todo a la dignidad del ser humano.
El primero de ellos tomado por la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos (CNDH), y que ha integrado la
averiguación correspondiente, se relaciona
con presuntos elementos del ejército mexicano que cometieron allanamiento en casa del periodista Víctor Fausto Silva
Durán, director del Semanario Periodismo Como es. El segundo Caso registrado la semana anterior
involucró a un funcionario del gobierno
de Sonora y al periodista Luis Alberto Medina, del programa proyecto puente.
Respecto al ilegal cateo del domicilio en referencia el General André Van
Lissum, Comandante de la Cuarta Zona Militar en Sonora, solicitó disculpas por
la agresión a través del Teniente Coronel
Antonio Franco Pompa, a Silva
Durán, en presencia de Ramón López Piña
delegado de la CNDH. El caso aclarado de cierta manera por el emisario castrense, indica que los militares
son ajenos a los hechos registrados
el pasado 2 de noviembre, y lo
principal, que el periodista no está involucrado en hechos delictivos.
El caso más reciente, involucra a
Javier Alcaraz, coordinador de Imagen Institucional
del Gobierno de Sonora quien, de acuerdo a los hechos conocidos en tweeer,
internet, y medios impresos lanzó ataques personales y comentarios en
contra del periodista Luis Alberto Medina, conductor del programa Proyecto
Puente, luego de la entrevista radiofónica que éste hizo el pasado miércoles al
gobernador Guillermo Padrés, a quien cuestionó sobre corrupción y nepotismo en
su administración.
De acuerdo con la organización internacional Article 19, aunque el mandatario estatal no agradó del
todo algunas de de las preguntas realizadas en poco más de 45
minutos de conversación, durante los cuales incluso exigió pruebas al
comunicador de varias acusaciones de actos de corrupción; la entrevista se desarrolló en general de
manera cordial y respetuosa y Padrés
demostró oficio político. Al final de la emisión, agrega Article 19 en
un comunicado, que la situación
superó los límites cuando el funcionario
estatal tronó contra el periodista a través de tweeter, humillándolo al referirle el pago por sus servicios, es
decir, por promover la imagen del gobierno del estado.
En mi humilde opinión la cosa no
hubiese llegado a mayores si una
vez concluida la entrevista el
periodista se pone a investigar las pruebas que le solicitó el mandatario, y de manera
respetuosa se las hace llegar y, en segundo lugar el funcionario estatal no debió faltar al respeto y dedicarse solo a trabajar
demostrando también oficio político, sin
meterse en camisa de once varas, por decirlo de alguna manera, que al fin esa
es su labor, cuidar de la imagen del gobernador sonorense. Faltó mesura de ambas partes, lo cortés no quita lo
valiente señores.
Los casos antes citados, entre muchos documentados en México son indicativos de
que los tiempos actuales reclaman de
cambios estructurales y toma de
conciencia no solo de los reporteros y
las empresas, sino también de las autoridades de los tres niveles de gobierno;
solo así se favorecerá una mayor y mejor
participación ciudadana y podrá sostenerse el sistema democrático mexicano.
Por su atención gracias.