 |
El 28 de octubre de 2024, la
comunidad de Navojoa, Sonora, celebró el Día de San Judas Tadeo, conocido como
el 'santo de las causas difíciles y desesperadas'. Miles de feligreses se
reunieron para honrar al apóstol, quien es venerado por su labor evangelizadora
y su capacidad para interceder en situaciones complicadas. En la imagen, se
muestra un aspecto de la celebración que año con año se realiza en esta ciudad.
Foto de L. Jacott.
|
*Coordinación de Autoridades Policiacas
y de Protección Civil
Las autoridades policiacas,
bajo el mando del Comisario de Seguridad Pública Ariel Parra, desplegaron un
operativo especial para resguardar la seguridad de las personas que acudieron a
los actos religiosos y culturales.
Se implementaron puntos de
revisión y se realizaron patrullajes intensivos en las zonas donde se
concentraron los feligreses, asegurando un ambiente seguro y ordenado. El
comisario enfatizó la importancia de tener policías de proximidad social,
honestos, capacitados y limpios, que trabajen cercanos a la comunidad y
respeten los derechos humanos de los ciudadanos.
Además, Edmundo Valdez, Jefe
de Protección Civil, coordinó las acciones de su equipo para atender cualquier
emergencia que pudiera surgir durante la celebración. Los brigadistas
comunitarios, capacitados y preparados por las autoridades, jugaron un papel
crucial en la prevención y mitigación de riesgos, contribuyendo a la
tranquilidad de los participantes.
La celebración del Día de
San Judas Tadeo en Navojoa, Sonora, fue un ejemplo de la coordinación efectiva
entre las instituciones de seguridad pública y protección civil, y la
comunidad, lo que permitió una jornada pacífica y segura para todos los
asistentes. La participación activa de estas autoridades refleja el compromiso
con la seguridad y el bienestar de la población, especialmente en eventos de
gran concurrencia.
La comunidad agradeció la
presencia y el trabajo de las autoridades, lo que contribuyó a una celebración
memorable y sin incidentes. La colaboración entre los diferentes sectores
garantizó que la fe y la tradición se vivieran en un entorno de paz y
seguridad.