martes, 8 de mayo de 2018

Reforma 12


Reforma 12

En Memoria de Don Feliciano Guirado Méndez


Por Raúl Campoy Robles

Navojoa, Son. 8 de Mayo de 2018.-  Asimilar  la muerte de un ser querido, de un familiar, de un amigo, de una gran persona no es fácil, particularmente cuando se trata de un  icono  del periodismo como  fue en vida  para  el signatario de este  espacio, Don Feliciano Guirado Méndez, quien falleció  en su casa ( Hermosillo)  el jueves 3 del mes en curso, a raíz de un infarto cardiaco  fulminante.

Al  maestro, como  le   motejamos  algunos reporteros  a los que nos formó (en mi   caso  a partir de marzo de 1988)  le sobreviven su esposa Carmelita Valenzuela y sus hijos David Guirado Moreno y Feliciano Guirado,  nietos, así como  un gran número de periodistas, políticos  y lectores que reconocieron  siempre su habilidad en las relaciones públicas, su olfato por la noticia  y su vida sana, disciplinada y  libre de alcohol.

Don Feliciano,  formó una gran familia en la que  cimentó valores humanos que  le hicieron ganar el don de gentes  y  un gran número de amigos que le acompañaron a su última morada. Y es que,  el dialogar con  el caballero del periodismo sonorense  te  dejaba siempre una semilla de sabiduría que a la vez te permitía  una tranquilidad y armonía como pocas veces sucede.

Originario de Navojoa, a temprana  edad inicia su carrera periodística y se convierte en subdirector de  El Informador del Mayo, más tarde en 1975  asciende  a Director de  ese  órgano informativo, cargo al que renunció a finales de 1990; en ese periodo integró un gran equipo de periodistas como son: Esteban Rodríguez (ya finado), Fausto Islas, Agustín Rodríguez,  José Guadalupe Pacheco (ya finado), Francisco Rodríguez, Santiago Barbuzón y entre otros no  menos importantes Gerónimo Barreras, todos  ya jubilados. Pareciera que al  terminar la vida  activa esa generación de periodistas  el matutino en referencia  lo hiciera  gradualmente  hasta el final de sus días.

No obstante, FelguiMen fue siempre fiel a periódicos sonorenses, como también se le conoció al periodista de vestir impecable, calzado siempre limpio y lustrado,  paso elegante y eterno  enamorado de la fragancia Carlo Corinto, fundó los semanarios La Opinión y Nuevo Sonora, que pronto los dejara  bajo la dirección respectiva de sus hijos David y Feliciano Guirado Moreno. Pero se dedicó  hasta el final de sus días   a publicar su columna MARGINAL, la  más selecta por los lectores de los  medios de comunicación   antes mencionados.


Su  estilo serio y formal  nunca  le apartó del rasgo  humano que  le caracterizó e imprimió en  cada una de sus columnas, entrevistas y reportajes que  le hicieron ganarse el respeto y  el interés de   los  lectores que  le admiraban y reconocían, entre  los que  me  anoto agradeciendo siempre sus enseñanzas. Su amplia  trayectoria de  más de 50 años   le permitió hacerse de anécdotas que  bajo su estilo resultan fáciles de comprender dada  la propiedad con que  las abordaba.

A principios de 1988, el también maestro del periodismo Don Feliciano Guirado Méndez me abrió  las puertas de El Informador del Mayo para laborar como reportero de locales y enseguida me presentó  ante  el Subdirector Editorial  y  el Jefe de Redacción de ese matutino, Esteban Rodríguez Salazar y Fausto Islas Salazar, respectivamente. Personajes  a quienes debo los primeros conocimientos  prácticos de mi profesión. Del mismo modo,  desde esas fechas a Agustín Rodríguez Valdez.

El haber conocido  quien es considerado uno de los pilares del periodismo en Sonora y principalmente  haber sido  su pupilo, con  quien  tuve  la fortuna de  hacer historia en El Informador del Mayo   convirtiéndome en  columnista  en 1999, representa para el signatario de este espacio un gran honor, orgullo  y satisfacción.

Finalmente agrego las palabras de su hijo y mi amigo Feliciano: “Se fue contento, sin sufrimiento, con el deber cumplido al entregar su columna. El primero del equipo Nuevo Sonora (como cada jueves al medio día), comió,  se dio tiempo para cortarse el pelo,  fue  a la Expo acompañado de su esposa Carmelita Valenzuela, con la que cenó, y regresó a su casa para mirar el programa de televisión  referente a las campañas presidenciales, falleciendo a las 11: 11 de la noche.”

La columna MARGINAL de quien recibió el Premio Nacional  de Periodismo en 2011 por su destacada trayectoria periodística siempre permanecerá en la historia del periodismo  y en los recuerdos de sus lectores…"Periodismo, fascinante actividad.... reportero, hasta el final": era la frase con la que cada jueves remataba su redacción, y Dios  se lo concedió   hasta el final de su fructífera vida.

Don Feliciano Guirado Méndez,  maestro, descanse en Paz eternamente.