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Ante renuncia
de El Pitiyo
Por Raúl Campoy Robles
Navojoa, Sonora, a 20 abril 2016.- Para nadie
es un secreto que las renuncias de funcionarios públicos de los niveles
federal, estatal y municipal siempre llaman la atención y corren como reguero
de pólvora. Sobre todo cuando nadie la espera.
Ejemplos de dimisión de tal naturaleza existen
varios. Unos se dan por enfermedad que, a decir verdad es el peor de los casos,
otros porque son obligados por diferentes circunstancias o bien, con los pantalones
bien puestos, por decirlo de alguna manera, renuncian por asuntos personales y
así convenir a sus intereses.
Alberto Natanael Guerrero López, dejó la Sub Secretaría
de Gobierno del Estado de Sonora, el 13 de abril de 2016 luego de meditarlo
inteligentemente. Publicar hipótesis fuera de contexto significa alimentar ideologías
que, en nada ayudarán a los proyectos del ex alcalde de Navojoa.
Por el contrario, resulta alentador que previa
plática con la Gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano y el
Secretario de Gobierno de Sonora, Miguel Ernesto Pompa Corella el también ex
diputado local por el distrito electoral 19, haya dejado el cargo recibiendo un
reconocimiento público a su labor de escasos siete meses.
Tal decisión, habla de que a Alberto Natanael
Guerrero López, mejor conocido como El
Pitiyo, de casta la viene tomar las mejores decisiones en cuanto a su vida política
se refiere. Y es que, de un tiempo a la fecha ha ido madurando su idea de mejorar en algunos de sus
proyectos políticos que, desde luego, atesora para tiempos futuros.
Sin embargo, su calidad de funcionario del estado
de Sonora, le impidió desenvolverse como tal y en su plan de vida política de manera
simultánea, por llamarlo de alguna manera. Que la voz populi haya dicho lo que primero
vino a su mente, sin pensarlo, es otra
cosa. Reconocido como el alcalde amigo de los niños y el responsable
de haber
hecho realidad el primer
parque infantil de Navojoa sin endeudar la administración municipal, actuó
con madurez política y sobrada
inteligencia al renunciar a la Sub Secretaría de Gobierno del Estado de Sonora
y agradecer infinitamente la confianza
que depósito en su persona la primera gobernadora sonorense emanada del
PRI Claudia Pavlovich Arellano, quien valora en sumo grado la aportación
política del joven político navojoense
mejor conocido por sus amigos como El Pitiyo. A él, en el corto plazo es
factible se le vea actuar en los proyectos políticos que refiere. Por todo lo
positivo que su decisión representa, que dios le acompañe.
Otro caso que llamó la atención públicamente en
las semanas recientes es el de la renuncia de Francisco García Cancino, a la
dirección de salud del municipio de Huatabampo. Pero en su caso, no fue renuncia
lo renunciaron, cuya separación del cargo le fue notificada por oficio que le entregara
el secretario del ayuntamiento, Gonzalo Salazar Soto.
En principio, la razón de su dimisión en tales circunstancias
no puede presumirse por falta de capacidad para desempeñar el cargo, sino que
obedeció a situaciones a las que no deseó obedecer, adaptarse o acoplarse. Sobradas
razones para no continuar en la administración municipal de Huatabampo le
permitirán dedicarse a otras actividades seguramente.
Sin
embargo, el médico no pudo darse el gusto de renunciar a la dirección de salud
municipal, sino que se le notificó por oficio, lo que sin duda resultó en un duro
golpe a su ideología y a su orgullo conocido de suyo en el municipio que gobernara
como alcalde emanado del PRD en el trienio 1997-2000 donde seguramente le
recuerdan sus principales colaboradores.
Por su atención gracias.