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- El campo no sabe de política
Por Raúl Campoy Robles
Navojoa, Sonora, 25 Feb. 2011.- La economía sonorense, al igual que en cada una de las entidades federativas del país, tiene sus peculiaridades. En ésta intervienen diversas variables donde la agricultura no debe soslayarse ni mucho menos la población económicamente activa, en particular los jornaleros que en los últimos años han padecido la crisis en el campo.
Tal situación podría agravarse a raíz de las heladas atípicas registradas en la primera semana del mes en curso como parte del frente frío número 26 si no se dan las condiciones económicas, políticas y sociales para frenar la crisis de los valles agrícolas del Yaqui y Mayo cuyas pérdidas productivas se estiman superior a los 6 mil millones de pesos, según los más recientes reportes oficiales.
Ante la situación los alcaldes de Navojoa, Etchojoa, Huatabampo y Benito Juárez, José Abraham Mendívil, José Almada Valdez, Próspero Ibarra Otero y Manuel Bustamante, respectivamente, los diputados locales, Alberto Guerrero López, José Luis Germán y Bulmaro Pacheco Moreno, el Diputado Federal por el 07 Distrito, Onésimo Mariscales Delgadillo, y el Gobernador del Estado de Sonora, Guillermo Padrés Elías, se comunicaron de inmediato, previa evaluación de la emergencia, con el Gobierno Federal.
La presencia de Heriberto Félix Guerra, Secretario de la SEDESOL en el campo Navobampo de este municipio marcó los primeros indicios de evitar más pérdidas en la agricultura, anunciando el Programa de Empleo Temporal (PET) en apoyo a los jornaleros, éste consiste en cuatro semanas de jornales mismos que fueron pagados en su primera etapa el sábado anterior, es decir, a una semana de haberse anunciado el PET beneficiando a 8 mil 600 personas.
Si bien el PET no marca la solución a la crisis del campo sonorense, representa un paliativo para mejorar de alguna manera la situación de los jornaleros que han calificado la ayuda como una bendición, tal es el caso de María Luisa, trabajadora del campo del vecino municipio de Huatabampo. En este contexto es de recordarse que el recurso humano es el principal valor par sacar adelante el campo y mejorar la agricultura donde se requiere de fuertes inversiones así como en el sector industrial y de servicios, en virtud que de esta actividad depende el futuro alimentario de la población.
En términos retrospectivos hablar del campo sonorense implica abordar variables del quehacer económico del estado y de su versión regionalista calificado en décadas anteriores como granero de la República Mexicana. Los hombres de esa época lograron transformar el desierto en vergel y presentaban como botón de muestra los primeros lugares alcanzados a nivel nacional en granos, carnes y minerales. Sin embargo, el tiempo y el análisis comparativo con otros estados, poco a poco han venido cambiando la imagen de Sonora ante el mundo entero donde han influido de sobremanera las acciones de los políticos quienes consiente o inconscientemente no tomaron en cuenta a la hora de tomar decisiones que el campo no sabe de política.
Durante años el estado de Sonora gozó de cierta autonomía relativa en su crecimiento económico con respecto al comportamiento nacional, determinada por el papel protagónico que desempeñaron las actividades primarias que por varias décadas, a partir de los cuarenta, tuvieron un desarrollo relativamente pujante. Pero propiciado por una política económica del Estado mexicano de apoyos y subsidios, en la base estuvieron agentes económicos nativos que crecían y se consolidaban como las fuerzas motoras de la entidad.
Al paso del tiempo y en la medida en que la economía se fue diversificando hacia la industria, el comercio y los servicios, la entidad se fue integrando a la economía internacional, hoy bajo la modalidad de la globalización, los agentes económicos locales tuvieron que enfrentar los embates de una competencia intensa no acostumbrada, el estado entró a una nueva etapa de composición de su economía y de quienes la hacen posible: los distintos actores sociales.
No obstante lo anterior la región sur del estado sigue siendo de gran potencialidad agrícola y agroindustrial pero reclama de estrategias que lleven a la recomposición sectorial e intersectorial donde se hagan al lado las diferencias y se fortalezcan las coincidencias entre las clases políticas que si bien tienen en común el beneficio a la comunidad no se olviden que el campo no sabe de política y que de éste depende en gran medida la alimentación de la comunidad en general, tampoco los tres niveles de gobierno, ni el Congreso de la Unión, ni el Congreso del Estado de Sonora deben quedarse cruzados de brazos para que cambie la situación del campo, mucho menos esperar a que el cambio climático les marque el rumbo a tomar.
Por su atención gracias